La fachada de madera, o molduras, son una excelente solución para el acabado de fachadas de edificios. Al decidir usar madera para la fachada, es extremadamente importante elegir la madera con la que se hará.
Puede elegir entre tableros de revestimiento de madera de pino, abeto, alerce siberiano y termomadera.

Al comprar tableros de fachada, o molduras, primero debe prestar atención al origen del material, la madera de pino suele ser una buena opción. Se recomienda utilizar tableros de grandes fábricas porque garantiza la obtención de una calidad sólida y un material certificado. Los tableros de elevación de fábricas acreditadas sin duda mantendrán las dimensiones y se secarán a la humedad adecuada, lo que garantiza una durabilidad óptima del material.

No se recomienda comprar madera impregnada en fábrica, ya que estas actividades suelen tener como objetivo ocultar los defectos de la madera. Ciertamente, una mejor solución es comprar materia prima, seca y cepillada, gracias a la cual podemos comprobar la calidad real de la materia prima obtenida.

Los tablones de pino suelen estar disponibles en pequeños aserraderos y esta no es la mejor solución para una fachada y mo

lduras de madera. Las tablas de pino son muy resinosas, por lo que hay que tener en cuenta aquí grandes fugas de resina y, por tanto, un efecto visual poco interesante.

Los tableros de fachada de abeto son una buena solución donde lo más importante es el precio. Una fachada de abeto bien protegida servirá durante muchos años.

Los tableros de fachada de alerce siberiano son sin duda una solución con una vida útil más larga que la fachada de abeto. El alerce siberiano se caracteriza por pequeños incrementos anuales, gracias a lo cual es más duradero.

Los dos tipos de madera anteriores se pueden teñir en cualqui

er color, logrando cualquier efecto visual. Eso sí, hay que recordar renovarlas cada 3 a 5 años, seg

ún las medidas de protección empleadas.

La madera de pino es blanda, resistente y fácil de trabajar que otras, como el roble. Su lado más débil son los nudos y torceduras de las fibras así como la erosión.

El pino silvestre joven tiene una corteza delgada de color rojo amarillento que se vuelve más gruesa, se agrieta profundamente y se vuelve marrón con el tiempo. Su madera no tiene vasos (un rasgo característico de la estructura de las maderas coníferas). La albura es ancha, la mayoría de las veces la madera de pino tiene más de 25 crecimientos anuales, tiene un tono amarillo-blanquecino y está claramente limitada que el duramen.

Después del frotamiento, el duramen es muy similar a la albura, pero con el tiempo se vuelve marrón rojizo. La madera de pino fresca tiene un intenso olor a resina que se desvanece lentamente.

Con lo cual la madera de pino es la opción ideal si quieres tener molduras de maderas en la remodelación de su casa, local u oficina.